jueves, 25 de noviembre de 2010

LOS DOS CAMINOS DE LA VIDA

LOS DOS CAMINOS DE LA VIDA

“” Cuando era joven, mi sueño era como el de cualquier persona. Encontrar a mi media naranja, casarme, tener hijos, ser un buen esposo, una buena madre, un buen hijo, una gran amante, dedicarme a mi familia y ser una persona dichosa…

Cuando era joven tenia grandes sueños, tener unos buenos estudios, llegar a lo más alto, dedicarme por completo a lo que más me había gustado y pintar de color de rosa mi vida tal y como me lo había propuesto…

Cuando era joven quería tener la mayoría de edad para ir de discotecas con mis amigas, dejarme barba, ligarme una buena chica, hacer una guerra de almohadas en casa de mis compañeras de clase, emborracharme con mis colegas y venir a altas horas de la noche ya que antes no había podido…

Cuando eres joven, quieres tantas cosas y sueñas tantos sueños que a veces, las mismas ilusiones hacen que se bifurquen tus ideas y se partan en dos tu camino…

Hay caminos anchos y fáciles de transitar, y que muchos eligen; pero el final de los que andan por él es la ruina. Pero, hay otros caminos estrechos y difíciles, y muy poco transitados; pero el final de éste es la vida plena. El que elegimos para seguir viviendo…

Te creas responsabilidades y a veces te haces adicto de tus propios sentimientos. Y si lo consigues, tu camino se hace corto, de un mismo sentido y pocas veces te paras a pensar en los sacrificios que has hecho en los muchos senderos en tu destino…

Dejas atrás amigos, trabajos, familia, corazones e incluso tu propia alma aparcada para conseguir tu propio camino. No balbuceas al hacerlo, no tiemblas en decidirlo. Tu camino es uno y debes conseguirlo…

Pero a veces, la vida te tienta en coger caminos alternativos. Quiero ser azafata pero me encantaría tener una familia, un buen hogar y unos hijos. Quiero ser médico y ayudar a aquel que me necesite pero mi padre me pide que no deje el negocio familiar que, en tantos años, mis ancestros han luchado para conseguirlo…

Y cuando tienes dos caminos, creas de nuevo responsabilidades y éstas sacrificios y crees que el sendero elegido es el más adecuado para tu vida. Creas monotonía, te encuentras a gusto en el nido que has ido moldeando con tus propias manos, y a veces solo a veces, te das cuenta de que tal vez has cogido el destino equivocado. Si no me hubiera casado estaría sobrevolando el mundo desde el cielo. Si hubiera sido medico estaría salvando vidas y no salvando almas detrás de un mostrador por un puñado de tornillos… Si me hubiera esforzado tal vez lo hubiera conseguido…

Y al final, tu camino se une con el de la otra persona que comparte tu vida, tú sitio y tal vez tú beneficio. Te toca la moral, te enfuscas, te enfadas, te molestas y te sientes arrepentido por lo que entonces habías elegido. Realmente me case para sufrir y que mi marido me dejara sola cuando más lo necesito. Dejé a mis amigos por una chica que al final no me ha querido. Creé una familia para sentirme útil y feliz y he conseguido ser la esclava de ellos y perder mi libertad, creando a mí alrededor una jaula de oro que a veces me asfixio…

Nunca hay vías fáciles que conduzcan a la grandeza; ésta siempre es producto del esfuerzo. Mientras unos están jugando, otros descansando o durmiendo, hay otros que están invariablemente trabajando silenciosamente de manera cotidiana. Muchos quieren las cosas a la mano o esperan recibir algún beneficio sin poner nada de su parte. Las personas nos quejamos de nuestros problemas y necesidades, pero muy poco buscamos soluciones, se está a la espera del otro…

A partir de ahí el camino del trabajo, del esfuerzo, y que cualquier cosa que prometa ser un atajo no es más que un espejismo y una trampa. Siempre hay alguien que nos da recursos y talentos para utilizarlos y no tenerlos guardados. El Señor espera que utilicemos dichos dones para nuestro propio beneficio y también para el bien común. Hoy en día, para lograr algo, se necesita mucho esfuerzo y sacrificio. Nada cae del cielo sin el esfuerzo propio. No se cosecha nada si es que no se ha sembrado antes y se ha cuidado pacientemente la semilla. El camino se puede hacer largo o corto, según las expectativas que tenemos…

El destino siempre te muestra dos caminos en la vida. Tan solo debes elegir el que mas te conviene en cada momento, sabiendo que en cualquier curva podrás tomar tu nuevo destino. Y recuerda, no te equivocastes, tal vez no era el momento adecuado de hacerlo. Así que, nunca te arrepientas de haber cogido tu primer destino, te ha dado momentos bonitos y has aprendido de tus errores. Tan solo acógete al mejor y guárda en tu mochila de viaje tu experiencia en la vida, y tal vez, si sigues caminando, encontrarás el sendero que te lleve a tu nuevo destino. “”
JMSALVADOR
(25/11/10)

 




2 comentarios:

  1. En esta vida uno se puede equivocar eligiendo el camino erroneo,pero creo que no podemos estar siempre cambiando de camino,al final las consecuencias se pagan.Es decisivo estar firme y decir ¿Cual elijo de los dos ?

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    1. Elije el que te lleve a la felicidad interna. A veces, cambiar de camino es bueno a la hora de elegir tu destino. Creo que en mi caso, elegí el que más convenía, e incluso, cambié a veces. Pero creo, que si eres firme como tu dices, en tus decisiones, podrás cambiar cuantas veces quieras sin que ello te afecte. Tu camino esta predestinado de antemano. Eso lo tengo claro.

      Un saludo amigo.

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