viernes, 28 de octubre de 2011

MI TREN....

La vida continúa en este tren sin parada. Debo ante todo, no arrepentirme del viaje recorrido.

Conocer nuevas ciudades, bellos paisajes y dulces sentimientos. Nuevas costumbres y aspectos que aún desconozco de mí.

La verdad es que he conocido ambientes de todo tipo, gentes de distintas cualidades. Algunas añoradas, otras solo de pasada. Otras me han marcado tanto, que solo recordarlas, abrirían viejas heridas que creía curadas...

Pero debo acostumbrarme y no sufrir cuando alguna vez las recuerde.

Es una pena que algunos se apeen de mi vida sin luchar por la suya. Otros, en cambio, hacen tanto daño que intento no sentir el sufrimiento que crean en mi entorno.

Intentar no llorar es lo que me queda, porque puedo volver a perder de nuevo la cabeza, volviendo a tropezar con los antiguos asientos que se crucen en mi camino.

Solo me queda añoralas y amarlas. Recordarlas hasta olvidarlas.

Eso sí, lo que no debo es perder la compostura. Lo que no debo es quedarme en el túnel cuando pase por sus entrañas, ya que puede ser que me vicie la oscuridad y no quiera salir de mi envoltura.

Porque tal vez, solo tal vez, me apee de este tren de la vida, mi vida  y ya no pueda volver a montar en él...

J.Mª Salvador
10/03/09



jueves, 13 de octubre de 2011

LA FELICIDAD EN ESTA VIDA

San Esteban decía que había tres cosas en esta vida que podían hacernos feliz.
  • La primera es la buena conciencia: sin ella, ni los placeres, ni los honores, ni el cumplimiento de todos nuestros deseos podrían contentarnos. Si tienes el alma pura, todo lo desagradable que pueda sucederte no debe turbarte.
  • La segunda condición para ser feliz es abandonarse generosamente a la providencia del Dios, consagrarse a Él sin reserva, no querer sino lo que Él quiere y recibir de su mano con agradecimiento el bien y el mal, pues lo uno y lo otro son efectos de su bondad.
  • La tercera condición es considerar cuál es la voluntad de Dios en todo lo que nos acaece. Dios tiene sus designios y el demonio los suyos.

Pero, ¿puedes tu con verdad, decirlo? ¿ No te reprocha nada tu conciencia? ¿En verdad tu alma es pura de corazón?...
Sentir odio, rencor, amargor por aquello que te rodea, ¿te hace tener una conciencia sana?...

Analízate...

¡Qué consuelo poder decirte. Hago lo que depende de mí para estar bien con Dios!.

De que nos sirven sacerdotes, sanadores, psicólogos y profetas... Sentir a Dios. a su Hijo, a Nuestra Madre Misericordiosa. Rezar a los Ángeles, a los Arcángeles y a los demás duendes y ninfas de los bosques. Luego cogemos lo mejor que más nos gusta de cada consejo dado o escrito y desechamos los que no nos vale para nuestro aprovechamiento personal. Los modificamos y los moldeamos según nos conviene... Eso no es hallar la felicidad. No podemos encontrar ni buscar la felicidad en recoger lo buen sembrado y desecharlo porque no nos sirve. 

No hay otra felicidad verdadera más que mantener la fe en uno mismo y luego en Dios. En Dios y en uno mismo... Aunque surjan problemas mundanos, jamás dejes que éstos lo perturben. Nadie puede evitar las dificultades, ni siquiera más sabios y venerables.

La fama, la riqueza o el prestigio social no nos garantizan, por sí solos, la felicidad. Tampoco puede decirse que el avance de la ciencia o el desarrollo económico necesariamente produzcan la felicidad. En cualquier caso, el hecho de que uno se sienta feliz o desdichado sólo depende de sí mismo.


Sin cambiar nuestro propio estado de vida, no hallaremos felicidad que nos resulte verdadera. Pero cuando modificamos nuestra posición interior, todo el mundo se transforma para nosotros.

Para aprender antes tenemos que educarnos. De poco sirve aprender y seguir vacios. ¿Cuantos de nosotros lo estamos?.. Edúcate primero y luego aprende. Poco te sirve lo aprendido si sigues teniendo tu conciencia enferma… No te rías nunca de nadie que te diga que se esta educando, tal vez debas aprender de él.

¿Cuál es el designio de Dios en esta enfermedad que nos envía?. Que la soportemos con resignación, mediante el pensamiento del amor eterno. El demonio, por su lado, quiere arrojarnos en la impaciencia y en la murmuración. Evitemos ser serpientes en el Paraíso.

No critiquemos la actuación del vecino porque nuestra propia tormenta viene de camino. Dejemos de mirarnos el ombligo y de escupir tanto al Cielo puesto que el Señor siempre nos devuelve nuestro propio “escupitinajo”.

No podemos estar pensando que la felicidad nos cae del Cielo estando sentados en la Tierra, esperando que nuestras familias y amigos nos acojan en esa desdicha que, alrededor nuestro, nos hemos creado.

No dejemos que la gente se avergüence de nuestro estado de infelicidad en el que nos hemos cobijado. En esta supuesta falsa felicidad que hemos creado a nuestro alrededor. No convirtamos nuestra felicidad en algo sucio y banal porque tan solo nosotros creeremos que somos felices siendo así.

Nacemos en este mundo para disfrutar la vida. No nacemos para sufrir y hacer sufrir. No podemos castigar al prójimo porque nos creemos superiores. Realmente somos tan inferiores o más que él. Queremos ser el último de la escala y el más humilde pero luchamos para seguir siendo el primero y pisotear al que está a nuestro lado.

Vivir felices y disfrutando significa gozar del trabajo, de la familia, de lo que uno hace por el bien de los demás. Si tenemos un estado de vida así de elevado, aún cuando nos sucedan cosas desagradables, podemos verlas como un ingrediente más de la vida.

¡¡ Me siento orgulloso de ayudar a alguien que no me quiere!!

Sé impecable en tus palabras, no te tomes nada personal, nunca hagas suposiciones, siempre da lo mejor de ti. Aprende a perdonar y a olvidar.

El ser humano es feliz en la medida en que es consciente de que posee un talento capaz de transformar una mueca de dolor ajeno en la sonrisa de una alegría.


La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos...

Henry Van Dyke 




lunes, 12 de septiembre de 2011

EL CAMINO DE LA VIDA

En el camino suele haber días dulces y tristes.
Puedes tener compañía y momentos de soledad.
Espinas que no salen de tu interior y estrellas que no sientas su calor.

Los caminos no son más grandes según su tamaño
sino por la fuerza que se encuentra en su recorrido.
A veces, debemos mirar hacia atrás pero no es necesario retroceder
Camina por donde nunca nadie antes haya caminado.
Si caminas por donde ya caminaste, encontrarás lo que ya encontraste.

Haz lo que nunca nadie antes haya hecho.
Deja tus propias huellas...no pises sobre las de los demás  porque no dejarás marca.

Si te atrae una luz, síguela. Sí te conduce a un pantano, ya saldrás de él...
Pero si no la sigues, te preguntarás toda la vida sí acaso era una estrella.

La vida, a veces, no nos da a elegir entre lágrimas y risas.
Entonces aprende a elegir entre las más hermosas lágrimas.

Sueña lo que te atrevas a soñar. Ve donde quieras ir.
Sé lo que quieras ser.
Nunca se presenta un sueño sin los medios para realizarlos.

El que quiere hacer algo,  encuentra el camino.
El que no quiere hacer nada, encuentra una excusa.

La felicidad es como la mariposa cuanto más la persigues más te eludirá,
pero si vuelves tu atención sobre otras cosas suavemente se posará en tu hombro.

No son muertos los que descansan en una tumba fría,
son muertos los que teniendo el alma muerta, viven todavía.

Por tanto,

La vida es una experiencia, aprender de ella.
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es bienaventuranza, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un desafío, enfréntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es un tesoro, cuídalo.
La vida es una riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózalo.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es una promesa, realízala.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una lucha, acéptala.
La vida es una aventura, arriésgate.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es vida, defiéndela.


jueves, 25 de agosto de 2011

ELEGIR NUESTRA FORMA DE VIDA…

Alguien escribió alguna vez que en el corazón de todo hombre existe a su vez un santo y un pecador, un vulgar hombre, y quien sabe, si un criminal que a su vez es santo…

Cada uno de nosotros debemos cobrar conciencia de ello y vivir con esa lápida de piedra, teniendo claro si es un héroe o un santo y despertarlo en sí, dejando aletargado al pecador y al criminal.

Por tanto, dejemos al hombre vulgar adormecido y anulado en nuestro interior y despertemos al héroe y al santo que están inactivos en nuestro interior.

Todos llevamos dentro de nosotros el mismo bloque de mármol virgen del cual podemos tallar al bufón o al poeta, por tanto, de nuestras vidas podemos hacer, una persona ruin o rastrera o una persona de bien que suscita inquietudes para amar y ser amado, respetar y ser respetado, querer y ser querido…

No nos extrañemos en pecar y experimentar el pecado, pero aún así, a pesar de nuestras caídas, debemos tener confianza en el Señor y en nosotros mismos y levantarnos cada día y seguir esforzándonos para conseguir y seguir caminando entre las piedras afiladas que aparecen en nuestro camino.

Nosotros elegimos…

“” Sabemos que la Ley es espiritual, más yo soy de carne vendido al poder del pecador. Realmente mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco””
(Rom.7,14-15)




miércoles, 24 de agosto de 2011

¿¿ Quien dijo que sería fácil ??

Todos tenemos días de incertidumbre, de tristeza profunda, de nostalgia, de enojo, de frustración… todos hemos tropezado algún día, todos hemos chocado de frente o hemos caído de bruces… pero no todos nos levantamos…


Nadie nos prometió una vida plena, nadie nos aseguro que estaríamos libres de penas y problemas… nadie nos dijo que sería fácil levantarse… si lo fuera, cualquiera caería sin dudarlo…
Ayer me preguntaba si tendría que cambiar mi esencia, si tendría que dejar de ser yo con tal de no sufrir.

Hoy, me he contestado que no, que vale la pena ser arriesgado, que vale la pena los días de nostalgia y tristeza.

Pobres de aquellos que por miedo no se arriesgan, pobres de los cobardes que se pierden de vivir por hacerse las cosas fáciles. Pobres esos que no valoran los días hermosos, plenos, llenos de luz y alegría y prefieren los sosos, prefieren llegar a media montaña por flojera o miedo de llegar a la cima, por no saber que encontraran… Lástima me dan los que no entienden que nada es fácil.

Si pudiera, volvería a repetir todo otra vez, a plena conciencia del final. Lo viviría de nuevo y lo disfrutaría de igual forma y tomaría el dolor igual, caería y me levantaría. Me torturaría una y otra vez con tal de vivir la plenitud del momento…

Prefiero vivir cayendo y levantándome mil veces que perderme de conocer, de experimentar, de sentir, de aprender, de ser…

¡¡ Vivo!!!

… Lo siento en cada poro de la piel, en cada lágrima y en cada sonrisa. En cada desprecio y en cada abrazo. En cada desdén y en cada rayo tibio del sol y en cada desamor.

Lo siento en mis manos y en mi cabello y sobre todo, vivo y sueño!!!... siento y creo!!!... pienso y amo!!!... yo vivo por ser como soy…!!! 

¿¿ Quién dijo que sería fácil ??

"" La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días ""
(Benjamín Franklin)




domingo, 7 de agosto de 2011

LAS MADRES SOLO MUEREN CUANDO QUIEREN


Tendría 6 años cuando la maté por primera vez.

No quería que estuviera junto a mí el primer día de clase.
Me consideraba lo suficientemente fuerte para enfrentarme a los nuevos desafios que la nueva vida me traería...
Pocas semanas después descubrí aliviado que aún estaba allí, lista para defenderme de aquellos que me amenazaban, y para socorrerme en las dificultades de mis primeros estudios.

A los 14 años la maté nuevamente

No quería que me impusiera sus reglas ni que me impidiera vivir la plenitud de mis vuelos juveniles.
Pero enseguida, con mi primera borrachera, felizmente la descubrí que aún seguia viva y fué cuando no solo me curó de mi resaca, sino que también impidió la paliza que recibiría de mi padre.

A los 18 años pensé que la mataría definitivamente, sin posible reanimación.

Había entrado en la facultad, crecí junto a mis compañeros y sus ideales, actividades en que la presencia materna no entraba em mis planes.
Que engañado estaba... Cuando descubrí confundido que rumbo seguir, volvi junto a ella  y al único refugio de comprensión y cariño.
.
A los 23 años me dí cuenta que su muerte era posible, solo requería tiempo...

Fué cuando me casé, planté bandera de la independencia y seguí mi viaje.
Pero bastó ver nacer a mi primer hijo para descubrir que ese ser llamado madre se transformaría en un especimen aún mas fuerte llamado ABUELA...

Para quien aún no ha vivido aún esta experiencia,  la abuela es uma madre en doble dosis...

A pesar de todo continué creyendo en la tesis de la muerte lenta y demorada, y me fuí sintiendo mas distante y autônomo. De vez em cuando ella aparecia em mi vida desempeñando papeles importantes y únicos que solamente ella podría protagonizar...

Pero el final de la historia, al contrario de lo que siempre imaginé, fué ella quien la impuso su muerte. Cuando menos te lo esperas, sin pedir permiso. sin hora marcada u ocasión para la despedirla.

Ella simplemente se fué...

Al contrario de lo que siempre imaginé, son ellas quienes deciden cuanto esta eternidad puede durar en la vida y cuanto queda para la nostalgia, dejando uma terrible y cierta lección...

Las madres son para siempre

Nadie sabe lo larga que será nuestra vida pero lo que si está claro es que mientras estén por aqui debemos amarlas siempre y no matarlas en vida.

Nunca sabremos cuando se vá a querer ir...

Para quien aún la teneís a vuestro lado, amarla y respetarla puesto que el vacío que queda, nunca conseguiremos llenarlo plenamente...

Para quien ya no la tiene a su lado, recordarla y guardar sus recuerdos en el más precioso de los baúles. Y dondequiera que ella esté, sabra entender nuestros mensajes y llorará cuando lloremos, y sonreirá cuando sonriamos.
Velará nuestros sueños como lo hacía cuando eramos niños...

No esperemos a su partida para darles AMOR.

“” Generalmente, las madres, mas que amar a los hijos,
se aman en los hijos ”” 
(Friedrich Nietzsche)


miércoles, 13 de julio de 2011

COMPROMISO Y RESPONSABILIDAD

Tras treinta años de compromisos en la parro de mi barrio, he decido, muy a pesar mío, que es hora de jubilarse y/o tomarse un pequeño año sabático.

Durante estos años he aprendido a ser alumno de mis niños, de mis jóvenes, de mis adultos, de las parejas y sobre todo, de mis compañeros, que muchos de ellos han pasado a ser amigos.

He preparado a niños y niñas pasa su comunión, a chicos y chicas para su confirmación, he dado clases a jóvenes después de su confirmación, he dado clases a adultos y sobre todo, he estado impartiendo junto con mi pareja, sentimientos junto a otras parejas en Encuentro Matrimonial.

Y todo esto gracias a un hombre, que esté donde esté, seguro que el Señor le ha dado cachito de cielo para que siga haciendo sus labores de las suyas tan bien como lo hizo entre nosotros.
Juan me enseñó a comprometerme y a responsabilizarme de mis actos. Supo de mi vida por completo, de mis dudas existenciales y supo en todo momento como seguir luchando por aquellos que nos necesitan y piden un voto de confianza.

Tras confirmarme allá por el siglo XV por lo menos y hacer un buen curso de formación, empecé mi andadura en esta vida como laico. Aprendí lo que era el compromiso y sobre todo, aprendí a tener responsabilidades.

Durante años luché para que nada ni nadie me afectase con sus críticas y sus miradas por encima del hombro, que en esta parroquia suele hacerse mucho.

Aprendí a caminar con la ayuda de mis compañeros y compañeras que ahora se llaman amigos y amigas y lo principal, aprendí que lo más bonito era que si mi labor afectaba a una amistad dentro y fuera de mi lugar de “trabajo voluntario”, era mejor renunciar a ello antes de perder el tesoro que el Señor me había dado. Creo haber obrado bien con ello.

Durante tiempo aprendí también la necesidad de afianzarme en mis creencias pero también en mis convicciones. Ver una persona más allá de una Biblia o de una simple anécdota que muchas veces son mal entendidas o pronunciadas.

Dios es amor y punto, lo llamen como lo llamen. Lo entienda la gente como lo entienda. Su nivel de vida, su tendencia sexual, su color o ideología… Debes aprender a respetar y no a escupir al cielo porque siempre el Señor te devuelve tu “gapo”…

Respetar….

Y como a Jesús, me han juzgado por ello e incluso acusado, y firme, he seguido con mis convicciones.

Cogí un compromiso y con ello una responsabilidad y me siento orgulloso por ello.

Cuando estamos en un grupo en el cual nos llamamos “hermanos” nos debemos sentir eso, hermanos. Nos debemos escuchar, respetar y no debemos mezclar terrenos particulares a no ser que sea para ayudarnos entre nosotros.

En mi último grupo, por desgracia, eso no ha sido así. Y te da por pensar que los compromisos que adquieres con el tiempo se empiezan a debilitar. Por tanto, tus responsabilidades las limitas a unas cuantas.

Empiezas a ver cosas que no te gustan y empiezas a sentirse incomodo en situaciones creadas por otros y apoyadas por personas que crees que por ser alguien con responsabilidad vocacional y con firmes convicciones, puede amortiguar estos baches creados en tu tramo de carretera. Y no es así.

Entonces, la labor de escuchar queda en un segundo termino puesto que es más importante oír a los demás y escucharse así mismo y te das cuenta que la vocación de algunos se ha guardado con el alzacuello en el bolsillo y éste tenia un enorme agujero, perdiéndose por el camino junto con sus compromisos y sus responsabilidades.

Gracioso es cuando me dijo este tiempo de atrás que podemos perdonar setenta veces siete cuando te ofendan. Precisamente cuando él no lo siente así y no lo ve igual porque para él es más bonito llevar estos términos a terrenos particulares y crear un agravio comparativo. Y yo, que no soy perfecto, perdono siete y no setenta porque no puedo hacerlo mientras veo que los demás siguen oyéndose sin escuchar al resto del mundo.
Se dedica a decir que defiende unas causas y otras porque no hay motivo para ello, mientras que contigo y con otros que no planeamos a su mismo nivel, se dedica a hacer una caza de brujas y a ponerte la zancadilla continuamente.

Esta bien eso de Ver, Juzgar, Actuar, Revisar y Celebrar...

Veo, juzgo y actúo. Veo como algunos garbanzos han estropeado el cocido y aunque los he apartado, han vuelto a la olla para seguir remordiendo algunas conciencias y estropear del todo nuestro almuerzo, aunque luego digan que no lo han provocado, claro.

Mi compromiso decae y por tanto no quiero esta responsabilidad. No me gusta participar de ella… No creo en algunas injusticias o en las justicias de algunos.

Por tanto, decido que ya he revisado mi vida en esta parte del camino y decido apartarme no antes sin celebrar que me llevo conmigo una gran amistad forjada durante años como mi hermana Tere y unos grandes amigos que me han hecho sentirme dichoso de compartir mi vida con ellos aunque haya sido en dosis pequeñas.
De Josele, me llevo la paciencia. De Portal, su persistencia y de Irene, su valentía de enfrentarse al mundo con tanta diplomacia.

Por último están los más jovencillos, David, Samu, Teresa, Carlos, Inma y Laura… A ellos gracias por ser como son y que saben que siempre estaré ahí, entre bandolinas para lo que me necesiten, le pese a quien le pese, como dice Tere.

Ahora dejo mí humilde legado a mis hijos que creo haberles enseñado toda mi vida lo que es justo, y en los últimos años con vuestro apoyo, a vivir dignamente. Y si algo no ven con nitidez suficiente, que lo griten a los cuatro vientos sabiendo que siempre alguien habrá que les haga caer para que no continúen adelante. Sobre todo a Sara, que tanto le cuesta abrirse camino.

Os doy las gracias por vuestra amistad desinteresada y doy gracias al Señor por enseñarme los compromisos y responsabilidades que he adquirido para con los míos y los demás.

Espero no haber ofendido a nadie, Si ha sido así, lo siento…

Espero seguiros viendo.

Un gran abrazo para todos.


lunes, 11 de abril de 2011

El Amor a uno mismo

El Amor es un estado interior. Está allí, guardado en tu ser, esperando a que lo descubras, a que lo sientas y lo vivas, a cada momento, con cada respiración.

El Amor, en realidad, no está dentro de ti. ¡Tú eres Amor!

No importa si eres rico o pobre, si vives solo o acompañado, si ya recorres el camino del crecimiento desde hace tiempo, o acabas de iniciarlo...

El Amor está en ti, como un tesoro esperando a ser descubierto y expresado...

Desde luego, esto no significa que no podamos relacionarnos, tener amigos y estar en pareja. Pero si esperas que el otro te llene un vacío, que le de significado a tu vida, que cubra tus deseos y necesidades, cuando tú mismo no sabes darte esto a ti mismo, crearás relaciones de necesidad, carencia y apego. Y todo esto conduce, inevitablemente, al sufrimiento.

Primero es necesario descubrir ese Amor que eres, que ya está dentro de ti, y dártelo a ti mismo.

Entonces podrás compartir Amor, y en ese compartir hay libertad, hay respeto, felicidad y un profundo crecimiento.

Nos han inculcado que debemos amar y cuidar a los demás, y que debemos sacrificarnos y olvidarnos de nosotros mismos.

Y cuando uno piensa acerca de amarse a sí mismo, teme convertirse en un egoísta. Pero en realidad amarse a sí mismo y ser egoísta, lejos de parecerse, son diametralmente opuestos.

La persona egoísta en realidad se odia. Se desprecia, se siente no merecedora, se culpa y se auto-castiga. Se siente tan vacía y frustrada, y tan infeliz, que necesita arrancarle a la vida las satisfacciones que ella misma no le brinda a su ser. Considera el mundo externo sólo desde el punto de vista de lo que puede obtener. Su único interés es tomar, nunca dar. Carece de total interés por las necesidades ajenas, y de respeto por la dignidad e integridad de los demás.

Las personas egoístas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco pueden amarse a sí mismas.

Si en cambio uno comienza a amarse, cuidarse y respetarse, naturalmente también lo hará con todos los seres que le rodean, pues todos estamos unidos. Formamos una unidad con todo lo que nos rodea y con Dios, el universo, o como quieras llamar a esa fuerza intangible pero a la vez innegable que Es y existe...

El Amor es un estado de tu ser, pero se manifiesta en la realidad física a través de actos, de gestos, de actitudes concretas y específicas.

El Amor es una función, algo que se aprende, y es también un arte.

Y como todo arte, es necesario tener la voluntad de aprenderlo, practicarlo y desenvolverlo.

La práctica del Amor debe estar presente en todos los niveles, empezando por el cuerpo hasta llegar al espíritu. Desde lo más básico y primitivo hasta lo más diáfano y sutil, pues somos la suma de todo eso...

Hay cosas que uno tiene que hacer para Amar:

- Dar
- Responder, ser responsable
- Respetar
- Saber, conocer
- Tener humildad: saber que cada momento es nuevo, único. Que no es que porque algo haya sido de determinada manera tendrá que volver a ser así. La auténtica humildad es saber que las cosas pueden cambiar y ser distintas, a cada momento.
- Coraje
- Cuidado

Todo esto es para proveer:

- Seguridad
- Placer
- Honestidad y vulnerabilidad
- Confianza
- Cuidado e intimidad
- Reducir el miedo a la pérdida
- Conocer

Si te das todo esto a ti mismo, te estás amando. Y si compartes y brindas esto, amas también a los demás...

El Amor se demuestra a través del cuidado, de la intimidad y el compromiso. Primero y ante todo para ti, contigo mismo.

Naturalmente, después serás capaz de compartir Amor con los demás de un modo sano, bello y constructivo....

Para poner en práctica este arte tienes que estar dispuesto a establecer un compromiso: el compromiso contigo mismo de aprender a amarte, o a amarte de un modo más profundo y pleno.

Tienes que estar dispuesto también a establecer momentos de intimidad contigo mismo. Sin esa intimidad el Amor no puede profundizarse ni florecer.

Verás que en realidad es fácil de llevar a cabo, pues se trata de darte placer, de respetarte y responder a tus necesidades.

Recuerda que tienes que ponerte en el primer lugar de la lista. Si no siempre, al menos en algún momento del día, todos los días.

Sólo amándote y cuidando bien de ti podrás luego dar lo mejor de ti mismo a los que te rodean.

Este es un camino hermoso, y también infinito, como infinito es el Amor.

Siempre podremos aprender a amar más y mejor, a cada día. Es un camino de verdad sin fin.


El amor de tu vida
Enriqueta Olivari

jueves, 24 de febrero de 2011

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti