jueves, 25 de agosto de 2011

ELEGIR NUESTRA FORMA DE VIDA…

Alguien escribió alguna vez que en el corazón de todo hombre existe a su vez un santo y un pecador, un vulgar hombre, y quien sabe, si un criminal que a su vez es santo…

Cada uno de nosotros debemos cobrar conciencia de ello y vivir con esa lápida de piedra, teniendo claro si es un héroe o un santo y despertarlo en sí, dejando aletargado al pecador y al criminal.

Por tanto, dejemos al hombre vulgar adormecido y anulado en nuestro interior y despertemos al héroe y al santo que están inactivos en nuestro interior.

Todos llevamos dentro de nosotros el mismo bloque de mármol virgen del cual podemos tallar al bufón o al poeta, por tanto, de nuestras vidas podemos hacer, una persona ruin o rastrera o una persona de bien que suscita inquietudes para amar y ser amado, respetar y ser respetado, querer y ser querido…

No nos extrañemos en pecar y experimentar el pecado, pero aún así, a pesar de nuestras caídas, debemos tener confianza en el Señor y en nosotros mismos y levantarnos cada día y seguir esforzándonos para conseguir y seguir caminando entre las piedras afiladas que aparecen en nuestro camino.

Nosotros elegimos…

“” Sabemos que la Ley es espiritual, más yo soy de carne vendido al poder del pecador. Realmente mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco””
(Rom.7,14-15)




miércoles, 24 de agosto de 2011

¿¿ Quien dijo que sería fácil ??

Todos tenemos días de incertidumbre, de tristeza profunda, de nostalgia, de enojo, de frustración… todos hemos tropezado algún día, todos hemos chocado de frente o hemos caído de bruces… pero no todos nos levantamos…


Nadie nos prometió una vida plena, nadie nos aseguro que estaríamos libres de penas y problemas… nadie nos dijo que sería fácil levantarse… si lo fuera, cualquiera caería sin dudarlo…
Ayer me preguntaba si tendría que cambiar mi esencia, si tendría que dejar de ser yo con tal de no sufrir.

Hoy, me he contestado que no, que vale la pena ser arriesgado, que vale la pena los días de nostalgia y tristeza.

Pobres de aquellos que por miedo no se arriesgan, pobres de los cobardes que se pierden de vivir por hacerse las cosas fáciles. Pobres esos que no valoran los días hermosos, plenos, llenos de luz y alegría y prefieren los sosos, prefieren llegar a media montaña por flojera o miedo de llegar a la cima, por no saber que encontraran… Lástima me dan los que no entienden que nada es fácil.

Si pudiera, volvería a repetir todo otra vez, a plena conciencia del final. Lo viviría de nuevo y lo disfrutaría de igual forma y tomaría el dolor igual, caería y me levantaría. Me torturaría una y otra vez con tal de vivir la plenitud del momento…

Prefiero vivir cayendo y levantándome mil veces que perderme de conocer, de experimentar, de sentir, de aprender, de ser…

¡¡ Vivo!!!

… Lo siento en cada poro de la piel, en cada lágrima y en cada sonrisa. En cada desprecio y en cada abrazo. En cada desdén y en cada rayo tibio del sol y en cada desamor.

Lo siento en mis manos y en mi cabello y sobre todo, vivo y sueño!!!... siento y creo!!!... pienso y amo!!!... yo vivo por ser como soy…!!! 

¿¿ Quién dijo que sería fácil ??

"" La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días ""
(Benjamín Franklin)




domingo, 7 de agosto de 2011

LAS MADRES SOLO MUEREN CUANDO QUIEREN


Tendría 6 años cuando la maté por primera vez.

No quería que estuviera junto a mí el primer día de clase.
Me consideraba lo suficientemente fuerte para enfrentarme a los nuevos desafios que la nueva vida me traería...
Pocas semanas después descubrí aliviado que aún estaba allí, lista para defenderme de aquellos que me amenazaban, y para socorrerme en las dificultades de mis primeros estudios.

A los 14 años la maté nuevamente

No quería que me impusiera sus reglas ni que me impidiera vivir la plenitud de mis vuelos juveniles.
Pero enseguida, con mi primera borrachera, felizmente la descubrí que aún seguia viva y fué cuando no solo me curó de mi resaca, sino que también impidió la paliza que recibiría de mi padre.

A los 18 años pensé que la mataría definitivamente, sin posible reanimación.

Había entrado en la facultad, crecí junto a mis compañeros y sus ideales, actividades en que la presencia materna no entraba em mis planes.
Que engañado estaba... Cuando descubrí confundido que rumbo seguir, volvi junto a ella  y al único refugio de comprensión y cariño.
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A los 23 años me dí cuenta que su muerte era posible, solo requería tiempo...

Fué cuando me casé, planté bandera de la independencia y seguí mi viaje.
Pero bastó ver nacer a mi primer hijo para descubrir que ese ser llamado madre se transformaría en un especimen aún mas fuerte llamado ABUELA...

Para quien aún no ha vivido aún esta experiencia,  la abuela es uma madre en doble dosis...

A pesar de todo continué creyendo en la tesis de la muerte lenta y demorada, y me fuí sintiendo mas distante y autônomo. De vez em cuando ella aparecia em mi vida desempeñando papeles importantes y únicos que solamente ella podría protagonizar...

Pero el final de la historia, al contrario de lo que siempre imaginé, fué ella quien la impuso su muerte. Cuando menos te lo esperas, sin pedir permiso. sin hora marcada u ocasión para la despedirla.

Ella simplemente se fué...

Al contrario de lo que siempre imaginé, son ellas quienes deciden cuanto esta eternidad puede durar en la vida y cuanto queda para la nostalgia, dejando uma terrible y cierta lección...

Las madres son para siempre

Nadie sabe lo larga que será nuestra vida pero lo que si está claro es que mientras estén por aqui debemos amarlas siempre y no matarlas en vida.

Nunca sabremos cuando se vá a querer ir...

Para quien aún la teneís a vuestro lado, amarla y respetarla puesto que el vacío que queda, nunca conseguiremos llenarlo plenamente...

Para quien ya no la tiene a su lado, recordarla y guardar sus recuerdos en el más precioso de los baúles. Y dondequiera que ella esté, sabra entender nuestros mensajes y llorará cuando lloremos, y sonreirá cuando sonriamos.
Velará nuestros sueños como lo hacía cuando eramos niños...

No esperemos a su partida para darles AMOR.

“” Generalmente, las madres, mas que amar a los hijos,
se aman en los hijos ”” 
(Friedrich Nietzsche)